«El melasma (máscara del embarazo) sigue siendo un desafío terapéutico. El tratamiento tópico sigue siendo la piedra angular de la gestión del melasma. Pero normalmente el melasma no responde a un solo tratamiento. La eliminación de los factores agravantes (como el sol —rayos UV—) y las hormonas (anticonceptivos orales / terapia de reemplazo hormonal) son importantes en la gestión del melasma. El melasma debe administrarse como una enfermedad crónica recurrente como la psoriasis, con fases de inducción y mantenimiento. Los láseres y los dispositivos de luz (IPL) juegan un papel pequeño en el tratamiento inicial del melasma. Sin embargo, pueden utilizarse como un tratamiento complementario al tratamiento tópico y pueden ayudar a mejorar la pigmentación en algunos casos recalcitrantes de melasma. Sin embargo, el riesgo de hiperpigmentación postinflamatoria (PIH) tras el tratamiento con dispositivos láser y IPL en pacientes con melasma es alto, y estos tratamientos deben utilizarse con extrema precaución y tras haber informado a los pacientes de los riesgos. Ocasionalmente, el láser y la IPL pueden agravar el melasma. Generalmente, los láseres ablativos y los láseres de pigmentos QS (Q-switch) no son efectivos y pueden estar asociados a PIH graves. La IPL ha podido aliviar el melasma en algunas pacientes, pero la mejora es ligera (hasta un 30%) e impredecible. Recientemente se ha informado de que la fototermólisis ha producido buenos resultados, pero otros estudios, sobre todo asiáticos, no han podido confirmar su eficacia. La recurrencia es la norma. Puede « tonificarse » la piel de forma eficaz con el láser QS Nd: YAG usando una baja fluencia y puntos de gran tamaño con una frecuencia de tratamiento semanal (o cada dos semanas), pero la pigmentación reaparece poco después del último tratamiento (efecto temporal). Además, las gotas de hipomelanosis son una complicación común.»
Source: GOH Chee Leok. Melasma – Beyond Creams, Lotions and Potions
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